Teniendo en cuenta la cotidianidad tan movida a la que nos enfrentamos día a día, muchas veces pasamos por alto las repercusiones que tiene nuestro abastecimiento en el medio ambiente. Por lo tanto, optar por el consumo responsable y solidario se hace cada vez más importante y aquí te contamos por qué.

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Hablemos de consumo responsable

Hablar de consumo responsable implica hablar de consumo solidario, ético, ecológico y social. Esto se trata de ir más allá y analizar los impactos ambientales y sociales que implica cada compra que hacemos.

Si quieres poner en práctica el consumo responsable, ten en cuenta la importancia de los recursos naturales y comienza por aplicar las tres erres (Reducir, Reutilizar y Reciclar). También analiza en cada compra que hagas estos aspectos:

  • La calidad y los materiales con que se fabrique el producto.
  • El impacto que genera al medio ambiente.
  • Las condiciones de trabajo en su elaboración.

Al mejorar hábitos y conductas individuales, comunitarias, empresariales y políticas, se pueden generar grandes cambios y fortalecer la economía solidaria, las finanzas éticas y el mercado social.

¿Quiénes están implicados en el consumo responsable?

  • Gobierno (políticas y leyes gubernamentales).
  • Las tiendas y supermercados de barrio.
  • Compradores de ropa y alimentos que quieran ser más conscientes.
  • Las tiendas que exigen sellos de Comercio Justo a sus proveedores.
  • Personas que reducen, reutilizan y reciclan.
  • Consumidores que adquieren productos de temporada.
  • Compañías que optan por producciones más ecológicas.
  • Personas y empresas que usan y promueven el uso de la bicicleta.
  • Bancos que invierten en el desarrollo rural con igualdad de género.
  • Empresas que producen productos con sentido social (trabajadoras cabeza de hogar, desplazados o poblaciones vulnerables).
  • Quienes trabajan en proyectos para desarrollar huertos urbanos, darle una segunda vida a ropa u objetos y/o optimizar la energía que usan en sus producciones.

Consumo solidario y social, más allá de una compra

El consumo solidario y social van de la mano. Promueve nuevos empleos, asegura las buenas condiciones emocionales, laborales y económicas de quienes se ven implicados en el proceso de producción y apoya las redes solidarias para eliminar la exclusión social y el daño ambiental. Dentro del consumo responsable y social también hablamos de:

  • Consumo ético: es tener la capacidad y el poder de decisión frente a una compra que necesitamos o no. Nos invita a reflexionar sobre nuestros hábitos impulsivos de consumo para optar por un modelo de bienestar que no se basa en la posesión de bienes materiales. A veces quien menos necesita es quien es más feliz.
  • Consumo ecológico: aquí es en donde se basan las erres: reducir, reutilizar y reciclar. Además, en cada compra nos invita a evaluar los impactos que tiene esta en el medio ambiente.

Preguntas que debes hacerte para que tu consumo sea responsable

  • ¿De dónde viene?
  • ¿Quién lo fabricó? (una empresa nacional o extranjera)
  • ¿Puedo compartir lo que voy a comprar?
  • ¿Lo necesito realmente?
  • ¿Cómo está hecho? (materiales, personas detrás del proceso)
  • ¿Puede reciclarse o volverse a usar?
  • ¿Cuánto cuesta y cuánto dura?
  • ¿Necesito uno propio o puedo pedir uno prestado?
  • ¿Qué otras opciones hay de este mismo producto?

En Cíclico promovemos el consumo responsable y solidario a través de prendas, accesorios y elementos del hogar hechos con conciencia medioambiental y social.